Otra vez

Llegó al blog el cálido mar con sabor a despedida, ayer se fue un amigo, de regreso a casa, después de un viaje de seis meses vuelve a su cotidianeidad, desde aquí le deseo mucha suerte.
A veces lo más difícil de afrontar es lo que tenemos cerca, lo que se inhala y expira todos los días(me acuerdo cuando confuindía las palabras exhalar y expirar jaja)las relaciones diarias, la hora de comer, la de dormir, los silencios,la que le dicen pecora, la música, la cumbia, Fito, Drexler, Calamaro, el ruido, los camiones, los tamales de acelga que me supieron a ardidez cobarde, el agua de horchifresa -sonrisa con hielitos-, la gota de lluvia que envidia a aquella gota de sudor, la miopía olvidada, el cabello que crece a veces rápido y otras despacito como los niños, la niña ni propia ni ajena que yo casi vi nacer y ahora ya va a secundaria, la escuela que ya no es mía más que por nostalgia, los soundtracks de nuestros pasos desvariantes, los dientes blancos de mi hermana, el aleph que me prestaron en una casa mágica, los sancos y los miedos, los perros y los borrachos, el vodka en un envase de gatorade, los dos Hugos importantes en mi vida que hacen gestos cuando se les acerca una cámara, constancias, cartas, certificados, firmas, renuncias, nombres, lluvia de parpadeos en blanco, el cuaderno con una sandía en la portada, las conversaciones con el zorro que no es del principito, las claves 20 100 95, la trova, Filio, los tulipanes que se encuentra una en la calle, los residentes y los visitantes, Chavela Vargas, el tequila, el yo nunca, los peluqueros en el cine con "B" Blanco, Burton y Baño, sea por dios como dice mi mama, hay mucho con que lidiar en la rutina.